Me gusta compartir con mis amigos la triste situación de nuestra Venezuela y otras naciones sometidas a tiranías detestables.
También deseo compartir lo bueno de esta vida.
Esta mañana caminando, sin querer me adentré en una urbanización lujosa, con mansiones preciosas y...unos parques en sus calles que me recordaron al otrora Country Club de Caracas.
Tomé fotografías y seguí caminando pero no lograba salir a donde quería ir.
Para colmo no se veía un alma, solo carros por el camino.
Al fin observé a unos señores a las puertas de una mansión.
Les pregunté cómo llegaba a donde deseaba ir y un hombre gentil me explicó que eso quedaba un poco lejos.
Ya había caminado tanto que no tenía fuerzas para seguir.
Oh sorpresa, el señor me dijo yo te llevo.
Con cierto recelo subí a su carro y le indiqué a donde deseaba ir.
Puso su GPS y nos fuimos rumbo a mi destino.
La verdad es que era lejos. Comenzamos a hablar, somos correligionarios, amantes de Israel, con ciertas reservas en lo que a política se refiere.
No faltó el tema Venezuela, me comentó lo triste de la situación y la de otros países.
Nos presentamos cuando casi llegamos a mi destino.
Se llama Ronen, es constructor. Israelí, vivió varios años en Miami, pero prefiere vivir en su tierra.
Al despedirnos me deseo salud y muchas alegrías. Otro tanto hice yo.
Así vivimos en Israel y como dijo Ronen somos hermanos.
Agradezco a D's porque me enseña el lado bueno de la vida y que no todo está perdido para Venezuela y las demás Naciones que viven los horrores de una tiranía en todo el mundo.
Regina Mizrahi.
3 de febrero de 2020.
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