Las autoridades venezolanas han tomado “con éxito” el control de la prisión de Tocorón, al sur de Caracas para, dicen, combatir a las pandillas que operan en su interior. Se trata de uno de los centros penitenciarios más peligroso de Venezuela. El despliegue ha sido a gran escala. Según su Gobierno, unos 11.000 soldados han participado operativo.
Por su parte, los familiares de los presos han acudido rápidamente y denuncian falta de información. Es el caso de Euskaris Herrera, que lamenta no saber si su marido está vivo o muerto. Ella se encontraba dentro de la cárcel para una visita y ha salido justo antes de que entrara la policía. Denuncia, además, que la policía le ha robado al salir. No se sabe si hay muertos o heridos tras la operación.
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