miércoles, 23 de marzo de 2022
Entre lo sagrado y profano!
Entre lo sagrado y profano!
El pasado viernes 18 de marzo falleció el Rabino Chaim Kanievsky, considerado por todos los sectores de la ortodoxia judía como un líder del ámbito religioso en todos sus aspectos.
Hombre de una prodigiosa capacidad intelectual, a quien le corresponde el calificativo de genio. Además, una persona de virtudes extremas y ética a toda prueba.
El Rabino Kanievsky contaba con un linaje del mayor prestigio, bien fuera por sí mismo o por el de su esposa. En lo académico, como señalásemos antes, era una enciclopedia que guardaba en su mente todo el saber judío, con la facilidad de acceder a cualquier dato como si se tratara de una computadora.
Vivía en un pequeño y humilde apartamento de unos 70 metros cuadrados, y durante mucho tiempo recibía a quienes acudían por un consejo o una bendición en una sencilla silla de plástico. No quería parecer altivo ni superior.
Israel es un estado secular. Es verdad que su carácter judío no se puede esconder, y es parte de su esencia y constitución, pero no se puede decir que sea un estado regido exclusivamente por la ley mosaica. Hasta hace unos años, la influencia de sectores y posturas religiosas era mucho menor, y de alguna forma muchos temían que una secularidad extrema atentara contra la identidad necesariamente judía de Israel.
El entierro de Rab Chaim Kanievsky tuvo lugar el domingo 20 de marzo de 2022, y produjo una paralización de buena parte del país. Se estima en varios cientos de miles los asistentes al funeral, si es que no se superó el millón de personas. Acudieron de todas las denominaciones religiosas, pero también un gran número de aquellos que se definen como laicos, poco o nada observantes.
La masiva participación de personas en este tipo de eventos y situaciones, la cobertura mediática exigida y más aún, el genuino sentir colectivo de pesar por la pérdida de una figura de la magnitud del Rabino Kanievsky, nos dejan saber que la identificación de la ciudadanía israelí con lo relacionado a valores, ética y tradición, además de cumplimiento de leyes y preceptos religiosos, es muy alta. Esto es motivo de satisfacción: el estado judío cuida sus elementos de conexión con el judaísmo.
En estos días de guerra en Ucrania, cuando la pandemia aún azota a muchos, con cientos de miles de desplazados por Europa y otras partes del mundo, resulta consolador que en Israel se guarde luto por desaparición física de un buen hombre, de un sabio de la generación. La tradición judía señala que la misericordia divina se obtiene gracias al mérito de aquellos que, con su conducta, sirven de aval. Por ello, la desaparición de estas figuras es de mucho pesar.
En el caso específico de Israel, la jornada del domingo y todo lo relacionado con las exequias de Rab Chaim Kanievsky, dejan saber que la modernidad del país no son un impedimento para la profunda fe y la práctica de las conductas religiosas que son exigidas por la ley judía. El concepto de modernidad, de avances en temas científicos, de progreso en temas materiales, tiende equivocadamente a enfrentarse con los conceptos de fe y práctica religiosa. El judaísmo ha sufrido por este enfrentamiento y una vuelta a los principios de fe, que necesariamente refuerzan la ética y la solidaridad, resultan beneficiosos.
En el Israel del siglo XXI, donde la tecnología impera, la vacunación masiva es una realidad y la media es quien dicta la pauta, la manifestación de respeto hacia la figura legendaria de un hombre de fe y virtudes resulta aleccionadora y reconfortante.
Israel ha estado desde su fundación entre lo sagrado y lo profano. En el momento que lo sagrado se imponga, todo ha de ser mucho mejor. También en cualquier parte del mundo, en el mundo mismo.
Entre lo sagrado y lo profano, el bien y el mal, la verdad y la mentira… optemos por las primeras opciones: lo sagrado, el bien y la verdad.
Porque como seres humanos de libre albedrío, siempre estamos entre lo sagrado y lo profano.-Aurora.-Elías Farache S....
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