No hay antídoto contra la guerra

No hay antídoto contra la guerra Pero tampoco es posible vivir inmersos en el horror sin procurarse un poco de paz y gozo, no importa cuán fugaz o artificial sea. Ya han pasado cinco meses desde que inició la invasión de Rusia en Ucrania y sus repercusiones en todo el mundo —desde las atrocidades que se sufren en el campo de batalla, los desplazados y fallecidos, hasta la escasez de alimentos y alza de precios más allá de las fronteras— pueden sumirnos en el pesimismo. Alissa J. Rubin ha sido corresponsal de The New York Times durante 15 años. Su trabajo a menudo la envía a lugares en conflicto: ha sido jefa de corresponsalía en Bagdad y Kabul y reportado extensamente sobre los Balcanes. Alissa, que ha visto los estragos de las guerras que ha cubierto, tiene un método para sobrellevar la pesadumbre. Hace poco compartió una selección de la poesía que la acompaña a esos lugares, y que, dijo, le recuerda que “la belleza sigue existiendo, que puede haber vida incluso en los escombros… y, sí, incluso amor”. Si también encuentras refugio en algún poema en los momentos aciagos, participa y compártelo en la sección de comentarios.-Elda Cantú.-El Times.-The New York Times...