Conozca a una de las empresas detrás del colapso eléctrico en Venezuela
Leopoldo Alejandro Betancourt López, Francisco Convit Guruceaga, y Pedro José Trebbau López, son los nombres detrás de Derwick Associates, la empresa que le vendió 209.000.000 de dólares en equipos a Bariven, la filial de PDVSA encargada en realizar las compras nacionales e internacionales para actividades petroleras. A Derwick le fueron asignados doce proyectos con sobreprecio para solventar la crisis eléctrica venezolana, que sigue padeciendo el país.
El periodista César Batiz, miembro del equipo de Últimas Noticias, se ha dedicado a investigar profundamente sobre Derwick Associates y los proyectos que les asignó el Estado venezolano: en la siguiente entrevista nos revela más detalles sobre el caso de los “bolichicos”.
— ¿Qué lo motivó a llevar a cabo esta investigación?
— La investigación comenzó en diciembre de 2010 cuando el Instituto de Prensa y Sociedad (IPYS) organizó en Lima un curso avanzado de Periodismo del Investigación, como parte de un Programa de Formación de Periodistas. Allí, tuve la posibilidad de postular un tema cuyo objetivo era develar que las empresas españolas Iberdrola, Durofelguera y Elecnor fueron contratadas por el Estado y los contratos habían sido firmados con sobreprecio porque funcionarios de PDVSA y Corpoelec estaban recibiendo comisiones. Sin embargo, nunca tuve acceso a estos contratos porque dos de estas empresas me lo negaron, alegando que la parte venezolana, es decir, Corpoelec y PDVSA le habían prohibido a ellos revelar el contrato, incluso era una cláusula que tenían firmada. En ese momento pensé que estaba cerrado el caso, pero paralelamente yo estaba investigando el caso de Francisco Illarramendi, el “esquema ponzi” que aplicó este señor. Entonces, en aquél momento estaba vinculado a muchos jubilados de la industria petrolera en Estados Unidos y en Venezuela, por lo que aproveché de preguntarle a una de mis fuentes si sabía algo del tema eléctrico y un buen día, me mandó un correo que le hizo llegar una persona, donde decía que Bariven había comprado plantas eléctricas a tres empresas sin ninguna trayectoria, sin ninguna fortaleza financiera comprobada y que además, habían sido creadas recientemente inscritas en los registros públicos empresariales e inscritas en Bariven. Es decir, violaba todas las normas.
— ¿Es allí cuando descubre a Derwick Associates?
— Sí. Inmediatamente comencé a investigar las empresas que ahí mencionaban. Las tres empresas eran Ovarb Industrial LLC, KCT Cumaná II Internacional y Derwick Associates S.A. y de la primera que encontré mucha información en la web fue de Derwick. Encontré que tenían una página web formal, bien estructurada y me di cuenta que ahí tenía un nuevo caso. Pregunté a gente del sector eléctrico si conocían esa empresa y no la conocían, pregunté dentro y fuera del país y nadie la conocía, así que inicié mi investigación. Me di cuenta que habían entregado doce proyectos para la fecha, la revisé por el Registro Nacional de Contratistas y me di cuenta que estaban inscritas en noviembre, pero en octubre ya le habían dado una obra. También conseguí información en el Registro de Empresas de Barbados, les pedí información y pude conocer que la empresa había sido registrada en 2009. De esta forma, seguí buscando información hasta que constituí mi primer trabajo, con la hipótesis de que una empresa sin ninguna experiencia en el sector eléctrico había recibido 12 contratos en 14 meses de creada, gracias a la influencia o la cercanía de los dueños de Derwick, Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro Trebbau López, con Javier Andrés Alvarado Pardi, el hijo de quien era el Viceministro de Energía Eléctrica y Presidente de la Electricidad de Caracas al momento de la firma de los contratos, que luego fue Presidente de Bariven.
— ¿Cómo pudo comprobar toda esa información?
— Una serie de documentos me llevaron a demostrar que Javier Andrés Alvarado Pardi, era amigo de Leopoldo Alejandro Betancourt López y Pedro Trebbau López, porque vivían en La Lagunita, estaban en la misma zona. Además, en Import Genius, una página web que registra las importaciones y exportaciones navieras, obtuve un dato importante: Javier Andrés Alvarado Pardi había exportado un vehículo Porsche año 1959 desde República Dominicana hasta New York, y la dirección que había dado de su oficina en Caracas era la misma que la oficina de Derwick: piso 2, oficina 202, del edificio La Pirámide. En ese primer reportaje fue donde demostré que esa empresa, (respaldada por una contratista llamada ProEnergy) con 14 meses de creada había logrado 12 contratos, a pesar de no tener experiencia, porque tenía una relación muy estrecha con el hijo del viceministro. Allí comienza la historia.
— ¿En algún momento pudo comunicarse con los dueños de Derwick?
— Sí. El día antes de la publicación del reportaje recibí una llamada de una persona que me dijo ser sobrino del Miguel Ángel Capriles (quien entonces era el presidente de la Cadena Capriles) ésta se identificó como Álvaro Lusinchi Capriles y me dijo que qué podíamos hacer para detener ese reportaje porque ellos eran amigos de él y se sentían muy afectados, pero la investigación no se podía parar, ya el reportaje estaba en rotativa y además, ya había sido aprobado no sólo por mi jefa, también por los directivos. A la semana siguiente, mi jefa recibió una llamada de Nelson Rivera, el director de Papel Literario, quien le habló del caso y le preguntó qué si yo iba a seguir con la investigación (porque ésta ya había sido publicada) e igualmente, que qué se podía hacer… Pero ella le dijo que no se podía parar porque además, ese proyecto era financiado por Instituto Prensa y Sociedad de Venezuela y yo iba a continuar. Después, él se comunicó directamente conmigo y me dijo que estos eran muy buenos muchachos, que son de muy buena familia, muy religiosos, que ellos organizan las ferias de la Virgen del Socorro. Argumentaba que actualmente no se necesita tener experiencia para dirigir una empresa, que se podía a través de alianzas, y que él me iba a poner en contacto con Alejandro Betancourt López. Efectivamente, Alejandro Betancourt López habló conmigo y me pidió que no publicara nada porque temía las represalias que podían tener, tanto la gente de PDVSA, como otras empresas. Yo le planteé hacer una entrevista para que él demostrara que lo que yo estaba publicando no era así. Es decir, le estaba dando la oportunidad de que me desmintiera si yo había publicado una información falsa.
— ¿Y accedió?
— No. Pero en esa reunión, de alguna manera u otra, él me dio material para yo elaborar mi segundo reportaje. Por ejemplo, me afirmó que le habían vendido plantas a Bariven, porque había una emergencia y las empresas no querían venderles directamente a ellos por lo que Derwick las compró. 2009 sabían que venía esta situación, a pesar de que fue en febrero de 2010 cuando se decretó la emergencia. Luego de confirmar toda la información, elaboré mi segundo reportaje.
— Y después de ello, ¿no tuvo más acercamientos con los empresarios?
— Luego de publicar el segundo reportaje el tema de Derwick siguió sonando porque yo seguí investigando, publicando algunas cosas que alguna gente tomó, y otra gente publicó cosas sobre el tema. Yo me enteré que ellos trataron de hacer una prensa para suavizar la situación a través de Miguel Salazar en “Las verdades de Miguel”, diciendo que yo estaba haciendo esos reportajes porque Miguel Ángel Capriles me había mandado, que él me había traído de la Electricidad de Caracas (donde yo trabajé). Es decir, inventaron todo un expediente sobre mí. Yo seguí trabajando y en diciembre de 2012 publiqué un reportaje llamado “El FBI mete el ojo a empresa venezolana”, porque en el blog de dos personas que también han investigado sobre el caso, que son el periodista canadiense y excorresponsal de Bloomberg en Venezuela, Steven Bodzin; y el bloguero venezolano radicado en Londres, Alek Boyd, habían ingresado tanto gente del departamento del Tesoro, como gente del departamento de Seguridad de Estados Unidos, del FBI y otras instituciones. Ellos se percataron de eso y yo lo puse, incluso publiqué una captura de pantalla donde se ve que el FBI ingresó a esas páginas. Ese último reportaje generó en ellos un descontento y el 18 de diciembre, publicaron un aviso a página completa en el diario El Nacional en el prácticamente me acusan de llevar a cabo una campaña de difamación contra ellos.
— ¿Ha recibido algún tipo de amenazas?
— En una oportunidad, mi mamá recibió una llamada de un comisario del Sebin que le dijo que me estaba buscando. Cuando me comunico con el comisario éste se disculpa por haber llamado a mi mamá y me comenta que quiere saber cuáles son mis fuentes. Sin intención de revelarlas, porque no le iba a dar mis fuentes, le propuse reunirnos en la Cadena Capriles. Sin embargo, el comisario no asistió a la reunión planteada, porque no le habían dado permiso. Luego de publicar el reportaje sobre el FBI, me llama nuevamente y amenaza con meterme preso. Y antes de diciembre, ellos demandaron a Oscar García Mendoza y a Rafael Alfonzo Hernández, directivos del Banco Venezolano de Crédito, porque un año antes había sido creada una página que se llamaba Wikianticorrupción, que desde septiembre estaba publicando los artículos que yo había sacado de Derwick y algunas otras cosas. La demanda se presentó en Florida por 200.000.000 de dólares, alegando que ellos estaban detrás de Wikianticorrupción y por otro lado, decían que yo también lo estaba. Pero en 2013 tuvieron que levantar esa demanda, que le costó a García Mendoza irse del país y no poder cobrar los dividendos del BVC. Porque el abogado Jacinto Castillejo asumió la autoría y dirección de Wikianticorrupcion, demostrando que él había ido a la Fiscalía a poner una denuncia en contra de Derwick en diciembre de 2012.
— Hasta el momento, ¿no hay ningún representante del gobierno se ha manifestado ante este caso?
— Freddy Bernal es el único representante del partido de gobierno que se ha pronunciado públicamente sobre ese caso y lo hizo en una entrevista que le hizo Vladimir Villegas. En ésta, Bernal mencionó que Derwick debía ser investigada porque compró el apartamento de Aristóteles Onassis en New York. Por su parte, cuando ocurrió el accidente del ferrocarril de los Valles del Tuy, ministro de Energía y Petróleo y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez se reunió con los conductores. Y luego de ello, aproveché para preguntarle sobre el tema del sobreprecio en las compras de equipos eléctricos realizadas por Bariven, afirmó: “No te voy a decir nada”. Es decir, el Presidente de Pdvsa, empresa estatal a la cual está suscrita Bariven, se negó a suministrar cualquier reacción sobre la solicitud de investigación. También expresó que nunca leyó la correspondencia que entregamos en la oficina de la estatal petrolera solicitando información sobre la compra de equipos eléctricos. “Pueden ir a dónde quieran”, espetó. Luego se dio la vuelta y siguió caminando sobre los rieles de la estación.
Fuente: sienteamerica.com
Factor MM.com
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