La israelí Chemtai Salpeter gana el maratón de Tokio entre temores por el coronavirus
La corredora israelí Lonah Chemtai Salpeter se adjudicó hoy la medalla de oro del maratón de Tokio, con un tiempo de 2h 17:45, a más de tres minutos del actual récord mundial, que desde el año pasado mantiene la keniana Brigid Kosgei.
Detrás de Chemtai, que llegó a la meta con una amplia sonrisa, quedó la etíope Birhane Dibaba, a 50 segundos, y la medalla de bronce fue para la también etíope Sutume Asefa, a 2:45 de la ganadora.
El maratón se disputó con poca presencia de público y sólo con la participación de atletas de élite, cerca de trescientos en todas las categorías, debido a las restricciones extraordinarias impuestas para evitar una extensión mayor del coronavirus en Japón.
Nacida en Kenia, Chemtai Salpeter se trasladó a Israel en 2011 y durante años reclamó la ciudadanía. Finalmente, la recibió en marzo de 2016, tras ganar el maratón de Tel Aviv, lo que le permitió competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en ese mismo año, poco después del nacimiento de su hijo, Roy.
En 2017, se adjudicó el maratón de Florencia, con un tiempo de 2h 24:17, batiendo el récord israelí.
En hombres, el corredor etíope Birhanu Legese ganó el maratón de este año. Legese, de 25 años, hizo un tiempo de 2h04:15, a cerca de tres minutos del récord mundial del keniano Eliud Kipchoge y a dos minutos de su récord personal (2h02:48), una marca que en el año pasado le permitió ganar el oro en la anterior edición del maratón de Tokio.
Detrás del etíope quedó el corredor belga de origen somalí Bashir Abdi, de 31 años, a 34 segundos del ganador, y el tercer lugar fue para el etíope Sisay Lemma, de 39 años, a 36 segundos.
Legese y Lemma partían como favoritos, y de hecho desde el kilómetro 30 venían ocupando dos de las tres primeras posiciones de la carrera disputada por la capital japonesa.
En silla de ruedas, el ganador fue el japonés Tomoki Suzuki, que hizo un tiempo de 1h21:52, seguido de sus compatriotas Sho Watanabe (a 8:08) y Kota Hokinoue (a 8:12).
El cuarto lugar fue para un español, Jordi Madera, que llegó a 8:20 de Sukuki.
En la categoría femenina de silla de ruedas, la victoria fue para la japonesa Tsubasa Kina, con un tiempo de 1h40:00, seguida de la australiana Christie Dawes, a 13:23, y de la japonesa Yurika Yasukawa, a 19:18.
Hasta última hora la celebración de este maratón estaba en el aire debido a las medidas oficiales fijadas para evitar la extensión del COVID-19 en Japón, donde ya ha afectado a más de un mil personas con una docena de muertos.
Las autoridades japonesas han venido pidiendo que se cancelen o aplacen actos deportivos y culturales masivos, y por ejemplo los partidos de las tres divisiones del fútbol japonés han quedado postergados.
Los organizadores del maratón, sin embargo, optaron por seguir adelante con la prueba, pero impidiendo la participación de cerca de 38.000 corredores amateurs y limitándola a unos 300 atletas en todas las categorías, pidiendo además al público que evitara seguir la carrera.
Aún así, durante el recorrido pudieron verse muchos espectadores que animaron el paso de los corredores, disfrutando de la prueba deportiva y de una mañana soleada. EFE y Aurora...
Detrás de Chemtai, que llegó a la meta con una amplia sonrisa, quedó la etíope Birhane Dibaba, a 50 segundos, y la medalla de bronce fue para la también etíope Sutume Asefa, a 2:45 de la ganadora.
El maratón se disputó con poca presencia de público y sólo con la participación de atletas de élite, cerca de trescientos en todas las categorías, debido a las restricciones extraordinarias impuestas para evitar una extensión mayor del coronavirus en Japón.
Nacida en Kenia, Chemtai Salpeter se trasladó a Israel en 2011 y durante años reclamó la ciudadanía. Finalmente, la recibió en marzo de 2016, tras ganar el maratón de Tel Aviv, lo que le permitió competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en ese mismo año, poco después del nacimiento de su hijo, Roy.
En 2017, se adjudicó el maratón de Florencia, con un tiempo de 2h 24:17, batiendo el récord israelí.
En hombres, el corredor etíope Birhanu Legese ganó el maratón de este año. Legese, de 25 años, hizo un tiempo de 2h04:15, a cerca de tres minutos del récord mundial del keniano Eliud Kipchoge y a dos minutos de su récord personal (2h02:48), una marca que en el año pasado le permitió ganar el oro en la anterior edición del maratón de Tokio.
Detrás del etíope quedó el corredor belga de origen somalí Bashir Abdi, de 31 años, a 34 segundos del ganador, y el tercer lugar fue para el etíope Sisay Lemma, de 39 años, a 36 segundos.
Legese y Lemma partían como favoritos, y de hecho desde el kilómetro 30 venían ocupando dos de las tres primeras posiciones de la carrera disputada por la capital japonesa.
En silla de ruedas, el ganador fue el japonés Tomoki Suzuki, que hizo un tiempo de 1h21:52, seguido de sus compatriotas Sho Watanabe (a 8:08) y Kota Hokinoue (a 8:12).
El cuarto lugar fue para un español, Jordi Madera, que llegó a 8:20 de Sukuki.
En la categoría femenina de silla de ruedas, la victoria fue para la japonesa Tsubasa Kina, con un tiempo de 1h40:00, seguida de la australiana Christie Dawes, a 13:23, y de la japonesa Yurika Yasukawa, a 19:18.
Hasta última hora la celebración de este maratón estaba en el aire debido a las medidas oficiales fijadas para evitar la extensión del COVID-19 en Japón, donde ya ha afectado a más de un mil personas con una docena de muertos.
Las autoridades japonesas han venido pidiendo que se cancelen o aplacen actos deportivos y culturales masivos, y por ejemplo los partidos de las tres divisiones del fútbol japonés han quedado postergados.
Los organizadores del maratón, sin embargo, optaron por seguir adelante con la prueba, pero impidiendo la participación de cerca de 38.000 corredores amateurs y limitándola a unos 300 atletas en todas las categorías, pidiendo además al público que evitara seguir la carrera.
Aún así, durante el recorrido pudieron verse muchos espectadores que animaron el paso de los corredores, disfrutando de la prueba deportiva y de una mañana soleada. EFE y Aurora...
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