La Embajada de EEUU presenta documentales a favor de la coexistencia religiosa
"The Day After Peace" es una colección de cortometrajes producida por judíos y palestinos que tuvo su estreno en Docaviv, el Festival Internacional de Cine Documental de Tel Aviv, el 28 de mayo.
El proyecto cinematográfico fue una inciativa de la Embajada de los Estados Unidos, en colaboración con Docaviv y el Fondo de Cine Gesher.
Se pidió a los cineastas judíos y árabes que retrataran su interpretación de "el día después de la paz" entre las dos comunidades a través de documentales cortos.
De las 60 propuestas presentadas, se seleccionaron y produjeron siete películas: “Crossing Borders Stream”, de Yasser Abu Ajaj, una investigación de cómo el espacio compartido afecta a ambas comunidades; “Arabic Fiday”, de Gal Rosenbluth, una mirada de cómo la decisión de una pareja mixta de hablar solamente árabe un día a la semana causa tensión; “Biopsia”, de Odeya Rosenak, la historia de una joven que se somete a una biopsia para examinar un bulto en su pecho y encuentra en una enfermera árabe una gran contención; “Rina & Zaki”, dirigida por Ilay Mevorach, sobre el profundo afecto de una anciana judía hacia un trabajador árabe; “The Deal”, de Alon Levi, sobre cómo el conflicto puede interferir con simples transacciones comerciales; “Graffiti in Yaffa”, de Abeer Production, una mirada de cómo niñas de diferentes grupos trabajan juntas en un proyecto creativo; y “Bilingual Memories”, dirigida por Zohar Shachar, un vistazo detrás de escena en una celebración de una escuela bilingüe.
Las películas se publicaron en las redes sociales de la embajada el 28 de mayo para que cualquier persona interesada tenga la oportunidad de verlas.
La misma apoyó este proyecto como parte de sus esfuerzos continuos para mejorar el diálogo y la cooperación entre israelíes y palestinos a través de programas culturales y educativos.
"Realmennte no sabíamos qué iba a surgir de todo esto", expresó Terry R. Davidson, consejero de asuntos públicos de la embajada, mientras se sentaba para una entrevista junto con varios de los cineastas. y continuó: "Queríamos contar historias humanas sobre diferentes partes de la sociedad, la sociedad judía israelí, la sociedad árabe-cristiana y la musulmana. Pero queríamos transmitir la perspectiva de personas con un vínculo emocional. Quisimos mostrar las divisiones existentes en la sociedad y las conexiones humanas, y lo hicimos y elegimos usar el vehículo de la película para que las personas puedan sentir una conexión con estas historias que ocurren en Israel".
Las proyecciones muestran una realidad que es familiar para la mayoría de los árabes e israelíes: Una coexistencia imperfecta, a menudo tensa, pero a la vez, íntima, compleja y llena de contradicciones.
"Estas historias existen, pero generalmente no las vemos en los medios de comunicación, que a menudo retratan la vida aquí como algo negativo. Estas películas son un tanto desgarradoras y complicadas. Lo mas importante es transmitirle a la gente que estas historias están ahí", concluyo Davidson.
Odeya Rosenak representó en su película el miedo que conlleva transitar una biopsia: "Ella llegó a la prueba sola, ya que su madre había muerto años antes por cáncer, y sintió que la enfermera árabe que la acompañó, se convirtió en su madre por un día. Cuando necesitas que alguien te tome de la mano, no te importa su religión”, concluyó Rosenak.
Gal Rosenbluth y Zohar Shachar hicieron películas que enfatizan la división que se produce al hablar diferentes idiomas. Señalaron que, en la gran mayoría, de la comunicación entre árabes y judíos en Israel, son los árabes quienes hablan en hebreo y no los judíos que hablan en árabe.
Rosenbluth habló sobre las dificultades entre ella y su pareja palestina debido a su falta de dominio del árabe, y dijo: “Cuando empecé a aprender árabe, estaba perdida, fue muy difícil para mí. Era muy fácil volver al hebreo, pero habíamos decidido hablar en árabe todos los viernes. Era nuestro día de profunda falta de comunicación, pero mi motivación era ser parte de su mundo. Si todos hubiésemos aprendido árabe, sería todo diferente".
Shachar, cuyos hijos estudian en una escuela bilingüe, la cual fue el escenario de su película, comentó: "Mis cuatro hijos hablan árabe porque fueron expuestos al idioma, quería mostrar cómo esta realidad afecta sus vidas. Si todos tendríamos la capacidad de hablar los unos con otros, no sería una ilusión poder llegar a la paz"..-Aurora.-Tatiana Zalchendler...
El proyecto cinematográfico fue una inciativa de la Embajada de los Estados Unidos, en colaboración con Docaviv y el Fondo de Cine Gesher.
Se pidió a los cineastas judíos y árabes que retrataran su interpretación de "el día después de la paz" entre las dos comunidades a través de documentales cortos.
De las 60 propuestas presentadas, se seleccionaron y produjeron siete películas: “Crossing Borders Stream”, de Yasser Abu Ajaj, una investigación de cómo el espacio compartido afecta a ambas comunidades; “Arabic Fiday”, de Gal Rosenbluth, una mirada de cómo la decisión de una pareja mixta de hablar solamente árabe un día a la semana causa tensión; “Biopsia”, de Odeya Rosenak, la historia de una joven que se somete a una biopsia para examinar un bulto en su pecho y encuentra en una enfermera árabe una gran contención; “Rina & Zaki”, dirigida por Ilay Mevorach, sobre el profundo afecto de una anciana judía hacia un trabajador árabe; “The Deal”, de Alon Levi, sobre cómo el conflicto puede interferir con simples transacciones comerciales; “Graffiti in Yaffa”, de Abeer Production, una mirada de cómo niñas de diferentes grupos trabajan juntas en un proyecto creativo; y “Bilingual Memories”, dirigida por Zohar Shachar, un vistazo detrás de escena en una celebración de una escuela bilingüe.
Las películas se publicaron en las redes sociales de la embajada el 28 de mayo para que cualquier persona interesada tenga la oportunidad de verlas.
La misma apoyó este proyecto como parte de sus esfuerzos continuos para mejorar el diálogo y la cooperación entre israelíes y palestinos a través de programas culturales y educativos.
"Realmennte no sabíamos qué iba a surgir de todo esto", expresó Terry R. Davidson, consejero de asuntos públicos de la embajada, mientras se sentaba para una entrevista junto con varios de los cineastas. y continuó: "Queríamos contar historias humanas sobre diferentes partes de la sociedad, la sociedad judía israelí, la sociedad árabe-cristiana y la musulmana. Pero queríamos transmitir la perspectiva de personas con un vínculo emocional. Quisimos mostrar las divisiones existentes en la sociedad y las conexiones humanas, y lo hicimos y elegimos usar el vehículo de la película para que las personas puedan sentir una conexión con estas historias que ocurren en Israel".
Las proyecciones muestran una realidad que es familiar para la mayoría de los árabes e israelíes: Una coexistencia imperfecta, a menudo tensa, pero a la vez, íntima, compleja y llena de contradicciones.
"Estas historias existen, pero generalmente no las vemos en los medios de comunicación, que a menudo retratan la vida aquí como algo negativo. Estas películas son un tanto desgarradoras y complicadas. Lo mas importante es transmitirle a la gente que estas historias están ahí", concluyo Davidson.
Odeya Rosenak representó en su película el miedo que conlleva transitar una biopsia: "Ella llegó a la prueba sola, ya que su madre había muerto años antes por cáncer, y sintió que la enfermera árabe que la acompañó, se convirtió en su madre por un día. Cuando necesitas que alguien te tome de la mano, no te importa su religión”, concluyó Rosenak.
Gal Rosenbluth y Zohar Shachar hicieron películas que enfatizan la división que se produce al hablar diferentes idiomas. Señalaron que, en la gran mayoría, de la comunicación entre árabes y judíos en Israel, son los árabes quienes hablan en hebreo y no los judíos que hablan en árabe.
Rosenbluth habló sobre las dificultades entre ella y su pareja palestina debido a su falta de dominio del árabe, y dijo: “Cuando empecé a aprender árabe, estaba perdida, fue muy difícil para mí. Era muy fácil volver al hebreo, pero habíamos decidido hablar en árabe todos los viernes. Era nuestro día de profunda falta de comunicación, pero mi motivación era ser parte de su mundo. Si todos hubiésemos aprendido árabe, sería todo diferente".
Shachar, cuyos hijos estudian en una escuela bilingüe, la cual fue el escenario de su película, comentó: "Mis cuatro hijos hablan árabe porque fueron expuestos al idioma, quería mostrar cómo esta realidad afecta sus vidas. Si todos tendríamos la capacidad de hablar los unos con otros, no sería una ilusión poder llegar a la paz"..-Aurora.-Tatiana Zalchendler...
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