viernes, 29 de enero de 2021

Parashat Beshalaj

La lectura de la Torá de esta semana, Beshalaj, comienza con la huida de Egipto, la división del mar y la destrucción del ejército egipcio. Los hijos de Israel acaban de vivir las diez plagas, y ahora han participado directamente del cruce del mar que no se animaban hacer, pese a haber sido testigos hasta ese momento de portentos suficientes, para convencer al más indeciso. Todavía no terminaban de elaborar su propia posibilidad de liberación. Entre ellos había quienes seguían prefiriendo el sojuzgamiento bajo una implacable tiranía que les daba seguridad, antes que emprender la epopeya que les obligaría a ser responsables por su propio destino. Su estupefacción puede comprobarse leyendo el Cántico del Mar, Shirat Hayam “Dios es mi fortaleza y mi cántico, y ha sido mi salvación. Este es mi Dios, y lo alabaré; Dios de mi padre, y lo enalteceré” (Shemot-Éxodo 15: 2). "¿Quién como tú, majestuoso en santidad, asombroso en esplendor, obrador de maravillas?" (Ibíd 15:11). Luego les da sed y pocos días después les da hambre. Se quejan, y se preguntan por qué han sido llevados al desierto para morir de sed y de hambre. Y comienzan a enfocarse en lo práctico: "¿Acaso esta nueva relación con Dios va a hacer mi vida mejor de lo que era?". Y es allí en esas circunstancias cuando podemos ver la grandeza del liderato, en el que se nos presentan con todo su esplendor, Moshé, Aharón y Miriam: "Entonces Miriam, la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron tras ella bailando con panderos" (Ibíd. 15:20). Hacía falta que quien hasta ese momento tuvo una actuación más que discreta en los sucesos de la salida de Egipto, Miriam, tomara su laúd, y mostrara a todos sus congéneres que se conduciría con alegría a afrontar las dificultades que le esperaban tanto a ella como a todo su pueblo. Ella había comprendido antes que otros que había que actuar y que con pasión y alegría se iba a consolidar la libertad que permitiría llegar a las fronteras de la Tierra Prometida. Estaba despabilada y atenta, activa, vivaz, dinámica, enérgica, dispuesta, diligente, ágil, y rápida. Sabía que las oportunidades se deben aprovechar sin mirar atrás y sin doblegarse ante los intereses de quienes ya echaban de menos lo que perdieron en Egipto y que temían no recuperar más. Cuando se inició el Covid-19, pocos reaccionaron como Miriam. El rostro del mundo hubiera sido distinto si las autoridades se hubieran despabilado y actuaran atenta, activa, vivaz, dinámica, y enérgicamente, incluso con mano muy dura frente a quienes al violar las normas de seguridad básicas, hicieron que los contagios fueran masivos y que la enfermedad se volviera incontrolable provocando tantas muertes sin sentido. En Purim pasado, no nos encontramos con un Najshón ben Aminadav que fue el primero en poner un pie en las aguas del Mar de los Juncos preparado a cruzarlo, pese a que probablemente ni sabía nadar, para iniciar la lucha contra la pandemia. No nos debe sorprender que no haya Cántico ni siquiera de duelo ante semejante pérdida. Cuando el mar de la plaga de nuestros días se partió frente a nosotros, nuestros líderes no hicieron lo necesario para salvar miles de vidas y además ayudar a que finalmente lleguemos al fin de esta época tan complicada. Todavía hoy hay personas que pudiendo hacerlo, no se han vacunado y gobiernos que no han terminado de organizarse para que todos se vacunen. Ante las muchas dudas, temores e incertidumbres ante las nuevas vacunas; sumaron 'fake news', noticias falsas y teorías absurdas de conspiraciones; lo que llevó a que muchas personas duden de vacunarse. Si eso ocurre, podría costarnos más amigos y familiares que mueran; y además nunca salir de este túnel obscuro en que estamos. Si Miriam hubiera vivido en este tiempo hubiera logrado brindarnos un momento espiritual trascendente que nos saque del miedo y nos una en lo importante. Hubiera corrido a participar en las reuniones de los ministros de las naciones y de las juntas directivas de las comunidades dispersas, para enseñarles a cantar bajo los barbijos manteniendo la distancia, se hubiera lavado repetidamente las manos con jabón y desinfectante con ellos para dar el ejemplo, les hubiese instado a aceptar el cierre de las actividades, y a conducirlos a un mejor espacio, más vital y más seguro para la vida. En lugar de darse la vacuna frente a las cámaras de la TV hubiera abierto puestos de vacunación en cada esquina y llevado a todos a aplicarla. " Y Moshé dijo al pueblo: No temáis; estad firmes, y ved la salvación que .A. hará hoy con vosotros"… "Y Entonces .A. dijo a Moshé: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen". Llegó el momento de actuar... "Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda", y salvaron sus vidas. Nuestra parashá no solo nos recuerda el Éxodo sino que su lectura nos puede inspirar a salvar millones de vidas todavía, si además escuchamos: "Y Entonces .A. dijo a Moshé: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen".-Aurora.-Rabino Yerahmiel Barylka...

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