Film equilibrado, agradable, buena actuación - Hasefer Haiarok
(Green Book, USA, 2018). Dirección: Peter Farrelly. El nombre del film responde a una guía usada por viajeros negros entre los años 30 y los sesenta para evitar lugares que podría traer problemas y recomendar alojamiento seguro en el Sur racista de los Estados Unidos. Durante sus dos horas la película presenta un cuadro bastante fiel de las humillaciones cotidianas de los hombres de raza negra en esos lugares y en aquel tiempo.
Estamos en 1962, y Tony, italo- americano (Viggo Mortensen) necesita trabajo porque habrá unas renovaciones. Por otra parte Donald (Mahershala Ali) que fuera educado para ser un pianista clásico pero había elegido hacer música popular porque no creía que en América aceptarían a un músico negro tocando Chopin, así que toca con otros dos músicos jazz, bueno para todos los gustos. Hasta había aparecido en la Casa Blanca que necesita un conductor para llevarlo al sur profundo del país para una gira musical.
Tiene conocimiento de los problemas que se le podían presentarse en distintos lugares por el color de su piel, ahí la segregación por razas es estricta y lo que precisa es a alguien que forme parte de su equipo y asuma las funciones de protector. Tony no es precisamente la mejor elección porque contrariamente al refinado Donald es rudo y sus opiniones respecto a raza son en el mejor de los casos problemáticas.
Hay varios ejemplos de sus prejuicios racistas, por ejemplo en el trato de los obreros negros que trabajan en su casa que, de paso, es muy humilde comparada con la mansión de Donald pero parece un tipo fortachón, alguien a quien aquél entrevista y lo contrata, y así es como ambos se embarcan en la gestión, no sin las dudas de Tony ya que tendrá que dejar la familia durante un tiempo prolongado.
Son dos personajes tan diferentes que habrá que ver cómo el primitivo Tony convivirá, un decir, porque en cuento a alojamiento no puede haber convivencia, con el culto Donald. En cuanto siguen avanzando hacia el sur, el racismo va profundizando la brecha y mostrando su faz más fea. Una humillación sigue a otra más fuerte, si bien el público blanco recibe a Donald con entusiasmo. Gradualmente Tony se siente cada vez más horrorizado por esos racistas, de los cuales él era meramente un ejemplar suave o tímido si se quiere.
El viaje conjunto le va revelando a Tony aspectos varios de la cultura negra, la comida de los negros, algo que le produce cuestionarse respecto a su identidad y hasta de manera melodramática en una ocasión que invita a ello. La relación entre ambos tiene un aspecto más penetrante y personal, ya que Tony prometió escribirle cartas a su esposa pero su mente no le dice qué escribir y ahí Donald viene en su ayuda creándole a la esposa de aquél extrañeza ante el sorprendente buen gusto de la escritura, sus amigas están encantadas. Otro aspecto que se va descubriendo es que Donald es homosexual, algo que no molesta a Tony por una ocupación de su pasado pero en el sur racista es un agregado difícil de digerir.
El cineasta desarrolló en guión junto con el hijo de Tony, Nick, de ahí que el tema se base en hechos reales y la mayoría del film está orientada desde una perspectiva italo-americana. No es que el Dr Shirley, (Donald) no reciba un retrato adecuado, pero se puede decir que el film “conoce” a Tony mejor. Farrelly es conocido por saber orquestar reacciones extremas del público con sus comedias, pero se maneja bien no sólo con los momentos cómicos sin asimismo en los dramáticos de una manera convincente. El film está diseñado para ser lo que se dice en la jerga un “crowd pleaser”, gustar a la gente, y lo logra en gran medida, sin sobredosis de material que se podría sentir chocante.■.-Aurora...
Estamos en 1962, y Tony, italo- americano (Viggo Mortensen) necesita trabajo porque habrá unas renovaciones. Por otra parte Donald (Mahershala Ali) que fuera educado para ser un pianista clásico pero había elegido hacer música popular porque no creía que en América aceptarían a un músico negro tocando Chopin, así que toca con otros dos músicos jazz, bueno para todos los gustos. Hasta había aparecido en la Casa Blanca que necesita un conductor para llevarlo al sur profundo del país para una gira musical.
Tiene conocimiento de los problemas que se le podían presentarse en distintos lugares por el color de su piel, ahí la segregación por razas es estricta y lo que precisa es a alguien que forme parte de su equipo y asuma las funciones de protector. Tony no es precisamente la mejor elección porque contrariamente al refinado Donald es rudo y sus opiniones respecto a raza son en el mejor de los casos problemáticas.
Hay varios ejemplos de sus prejuicios racistas, por ejemplo en el trato de los obreros negros que trabajan en su casa que, de paso, es muy humilde comparada con la mansión de Donald pero parece un tipo fortachón, alguien a quien aquél entrevista y lo contrata, y así es como ambos se embarcan en la gestión, no sin las dudas de Tony ya que tendrá que dejar la familia durante un tiempo prolongado.
Son dos personajes tan diferentes que habrá que ver cómo el primitivo Tony convivirá, un decir, porque en cuento a alojamiento no puede haber convivencia, con el culto Donald. En cuanto siguen avanzando hacia el sur, el racismo va profundizando la brecha y mostrando su faz más fea. Una humillación sigue a otra más fuerte, si bien el público blanco recibe a Donald con entusiasmo. Gradualmente Tony se siente cada vez más horrorizado por esos racistas, de los cuales él era meramente un ejemplar suave o tímido si se quiere.
El viaje conjunto le va revelando a Tony aspectos varios de la cultura negra, la comida de los negros, algo que le produce cuestionarse respecto a su identidad y hasta de manera melodramática en una ocasión que invita a ello. La relación entre ambos tiene un aspecto más penetrante y personal, ya que Tony prometió escribirle cartas a su esposa pero su mente no le dice qué escribir y ahí Donald viene en su ayuda creándole a la esposa de aquél extrañeza ante el sorprendente buen gusto de la escritura, sus amigas están encantadas. Otro aspecto que se va descubriendo es que Donald es homosexual, algo que no molesta a Tony por una ocupación de su pasado pero en el sur racista es un agregado difícil de digerir.
El cineasta desarrolló en guión junto con el hijo de Tony, Nick, de ahí que el tema se base en hechos reales y la mayoría del film está orientada desde una perspectiva italo-americana. No es que el Dr Shirley, (Donald) no reciba un retrato adecuado, pero se puede decir que el film “conoce” a Tony mejor. Farrelly es conocido por saber orquestar reacciones extremas del público con sus comedias, pero se maneja bien no sólo con los momentos cómicos sin asimismo en los dramáticos de una manera convincente. El film está diseñado para ser lo que se dice en la jerga un “crowd pleaser”, gustar a la gente, y lo logra en gran medida, sin sobredosis de material que se podría sentir chocante.■.-Aurora...
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