sábado, 18 de junio de 2016
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viernes, 17 de junio de 2016
Crónicas del Olvido
Crónicas del Olvido
PEREGRINO DE VIDRIERA
-Alberto Hernández- con José Pulido
I
Un hombre sale de la boca de una ballena y airoso recorre la ciudad. No es Jonás. Tampoco es Moby Dick el gigante marino de la literatura. Un hombre sale de la boca de un edificio y se tropieza con una ciudad. Entonces es el Jonás de esa polis donde las calles y las avenidas son monstruos que a diario enseñan sus llagas.
Un hombre llamado José Pulido, poeta, periodista, pero sobre todo un hombre lleno de ser humano, emerge de un edificio y escribe un libro de poesía en el que aparece él saliendo de un edificio y se hace parte de la Caracas que habita. Vientre donde más de tres días ha sido su casa. Hombre que se desnuda frente a los que lo miran conversar con un escolar frente a la boca de vidrio de la torre donde duerme y busca el milagro diario. Hombre que se sabe dentro de un edificio que lo vomita y lo incorpora al desorden del mundo.
“Peregrino de vidriera” es el libro y de él también sale José Pulido, rodeado de imágenes, de las entrañas donde Caracas se dilata.
El hombre llega a la avenida Baralt. Mira con los ojos que le depara la mañana: “Este no es mi lugar/ soy una raza extraviada/ cantan en orfeón los pajarracos/ enfranelados de sodoma y gomorra/ en la periferia del volumen”. Un amasijo de sonidos y ruidos, gente que deambula con el sueño recién desencajado del cuerpo: “Voces que tropiezan, ojos que roban/ trepan la armazón de una atmósfera/ anuncian que se están yendo/ y agitan raíces”. El hombre, que es poeta, ambula, mira con los ojos donde radica el tono de la poesía: “Calles emponzoñadas/ chopsuey de zapatos// Me mordió la avenida Baralt/ la tarde del viernes/ culebra atragantada/ de buhoneros y carros/ mujeres sin milagros/ buscando templos/ en el infierno de la bisutería”.
II
A la hora final del día, cuando la ciudad enseña el gris de su lomo, el hombre nos escribe en la piel: “El último sol bajó/ la Santamaría de una sombra/ y me lanzó una capa/ en la entrada del bar/ no pensé en estrellas/ porque mi espíritu asume/ que jamás hubo cielo/ cubriendo la ciudad”.
Pero el poeta, el perito en ciudad, la que reposa en el valle, deja la rúa y se adentra en cualquier peatón dueño de resquemores, desamores tocados por lo que queda de sombra en la misma avenida. “Dolor de luna cariada/ y ausencia de amor/ en esta música de víboras/ una moral de último momento/ envilece el saludo/ en la avenida Baralt/ un policía...”. Enjambre de sudores en los que se identifican mujeres y harapientos compatriotas, aletargados por el vaivén de los cuerpos y la soledad colectiva.
El yo de quien escribe, que es el mismo de quien calla, es un viaje en todo este libro que reclama el espacio de sus imágenes: nos leemos en la épica de la polis, desde el instante del despertar hasta la vuelta de las sombras.
Este canto menciona las avenidas donde se puede dejar la vida, o parte de ella, sin que quede un signo de su presencia.
La cotidianidad es una constante en la literatura de José Pulido, tanto en narrativa como en poesía, su marca está en decir lo que sus sentidos toman por asalto: “Este país ha repartido mal/ se lo digo yo/ en esta acera/ sacándole el cuerpo/ a la sayona de la mendicidad/ amenazado de comercios/ subo la avenida/ pisando una goma de chicle...”, entonces el que escribe estas imágenes es el mismo que vive la ciudad, la angustia de sus pasos, el clima y los sobresaltos y “la vibración de rosas blancas/ resurrección de la carne adolescente”.
Con el sello de Ediciones Pavilo, José Pulido pone esta lectura a la disposición de quienes siguen su aventura poética, su poética narrativa, sus descripciones y honduras verbales.
Y así como comienza, termina el hombre, sumido en sus miedos y arrogancias: “Acurrucado el hombre se rinde a los fantasmas/ de su carne/ y duerme sus horas de vida como un enterrado/ el frío enamorado va volviéndose calor de perro/ el perro que fundó la ciudad/ ladrándole a todo movimiento...”.
Más sensitivo que etéreo, como escribe el poeta español Enrique Gracia Trinidad, este libro de José Pulido es una punzada en alguna indefinida parte del alma, porque el cuerpo es también la ciudad.
-Alberto Hernández- con José Pulido
I
Un hombre sale de la boca de una ballena y airoso recorre la ciudad. No es Jonás. Tampoco es Moby Dick el gigante marino de la literatura. Un hombre sale de la boca de un edificio y se tropieza con una ciudad. Entonces es el Jonás de esa polis donde las calles y las avenidas son monstruos que a diario enseñan sus llagas.
Un hombre llamado José Pulido, poeta, periodista, pero sobre todo un hombre lleno de ser humano, emerge de un edificio y escribe un libro de poesía en el que aparece él saliendo de un edificio y se hace parte de la Caracas que habita. Vientre donde más de tres días ha sido su casa. Hombre que se desnuda frente a los que lo miran conversar con un escolar frente a la boca de vidrio de la torre donde duerme y busca el milagro diario. Hombre que se sabe dentro de un edificio que lo vomita y lo incorpora al desorden del mundo.
“Peregrino de vidriera” es el libro y de él también sale José Pulido, rodeado de imágenes, de las entrañas donde Caracas se dilata.
El hombre llega a la avenida Baralt. Mira con los ojos que le depara la mañana: “Este no es mi lugar/ soy una raza extraviada/ cantan en orfeón los pajarracos/ enfranelados de sodoma y gomorra/ en la periferia del volumen”. Un amasijo de sonidos y ruidos, gente que deambula con el sueño recién desencajado del cuerpo: “Voces que tropiezan, ojos que roban/ trepan la armazón de una atmósfera/ anuncian que se están yendo/ y agitan raíces”. El hombre, que es poeta, ambula, mira con los ojos donde radica el tono de la poesía: “Calles emponzoñadas/ chopsuey de zapatos// Me mordió la avenida Baralt/ la tarde del viernes/ culebra atragantada/ de buhoneros y carros/ mujeres sin milagros/ buscando templos/ en el infierno de la bisutería”.
II
A la hora final del día, cuando la ciudad enseña el gris de su lomo, el hombre nos escribe en la piel: “El último sol bajó/ la Santamaría de una sombra/ y me lanzó una capa/ en la entrada del bar/ no pensé en estrellas/ porque mi espíritu asume/ que jamás hubo cielo/ cubriendo la ciudad”.
Pero el poeta, el perito en ciudad, la que reposa en el valle, deja la rúa y se adentra en cualquier peatón dueño de resquemores, desamores tocados por lo que queda de sombra en la misma avenida. “Dolor de luna cariada/ y ausencia de amor/ en esta música de víboras/ una moral de último momento/ envilece el saludo/ en la avenida Baralt/ un policía...”. Enjambre de sudores en los que se identifican mujeres y harapientos compatriotas, aletargados por el vaivén de los cuerpos y la soledad colectiva.
El yo de quien escribe, que es el mismo de quien calla, es un viaje en todo este libro que reclama el espacio de sus imágenes: nos leemos en la épica de la polis, desde el instante del despertar hasta la vuelta de las sombras.
Este canto menciona las avenidas donde se puede dejar la vida, o parte de ella, sin que quede un signo de su presencia.
La cotidianidad es una constante en la literatura de José Pulido, tanto en narrativa como en poesía, su marca está en decir lo que sus sentidos toman por asalto: “Este país ha repartido mal/ se lo digo yo/ en esta acera/ sacándole el cuerpo/ a la sayona de la mendicidad/ amenazado de comercios/ subo la avenida/ pisando una goma de chicle...”, entonces el que escribe estas imágenes es el mismo que vive la ciudad, la angustia de sus pasos, el clima y los sobresaltos y “la vibración de rosas blancas/ resurrección de la carne adolescente”.
Con el sello de Ediciones Pavilo, José Pulido pone esta lectura a la disposición de quienes siguen su aventura poética, su poética narrativa, sus descripciones y honduras verbales.
Y así como comienza, termina el hombre, sumido en sus miedos y arrogancias: “Acurrucado el hombre se rinde a los fantasmas/ de su carne/ y duerme sus horas de vida como un enterrado/ el frío enamorado va volviéndose calor de perro/ el perro que fundó la ciudad/ ladrándole a todo movimiento...”.
Más sensitivo que etéreo, como escribe el poeta español Enrique Gracia Trinidad, este libro de José Pulido es una punzada en alguna indefinida parte del alma, porque el cuerpo es también la ciudad.
(15-05-2003)
jueves, 16 de junio de 2016
martes, 14 de junio de 2016
lunes, 13 de junio de 2016
Fiesta en Kfar Saba
Fiesta en Kfar Saba !
Hoy en horas de la tarde los niños, el público en general disfrutó de música y canciones en el Kanion Arim, de la ciudad de Kfar Saba, en Israel.
No todo son tristes noticias. La gente pudo pasar un rato alegre y divertido escuchando canciones, intervenir y....olvidarse de sus compromisos cotidianos.
Todos gozaron animados por personas entusiastas, con quienes tuvieron ocasión de bailar, cantar, aplaudir y olvidarse de la escuela, el trabajo y muchas cosas más.
La vida continua en Israel a pesar de los problemas y las situaciones que se pueden presentar a diario.
Que sigan las fiestas !!!
No todo son tristes noticias. La gente pudo pasar un rato alegre y divertido escuchando canciones, intervenir y....olvidarse de sus compromisos cotidianos.
Todos gozaron animados por personas entusiastas, con quienes tuvieron ocasión de bailar, cantar, aplaudir y olvidarse de la escuela, el trabajo y muchas cosas más.
La vida continua en Israel a pesar de los problemas y las situaciones que se pueden presentar a diario.
Que sigan las fiestas !!!
Ocaso
Ya está en Amazon.com la versión actualizada y ampliada
con prólogo del escritor Rafael Arraiz Lucca.
Por qué
Mayte Navarro
Por qué tanto odio, tanta intolerancias? Religiones e ideologías causan tragedias y masacres
domingo, 12 de junio de 2016
Etiquetas por descréditos
Escrito por el Profesor Josué Fernández
ETIQUETAS POR DESCRÉDITOS no perecen en buscadores digitales de información.
MAS EN:
http://comunicadorcorporativo.blogspot.com/…/etiquetas-por-…
Es una análisis profundo e interesante sobre la situación venezolana.
Morir en un grito
Nota: Esta información fue publicada en febrero de 2016. Lo demás lo dejo al criterio de quien la lea.Morir en un grito..(0 800 NO HAY).Doctor Fabio Fuenmayor ValladaresMédico especialista en Cuidados PaliativosEncargado de la Consulta de Cuidados Paliativos del Instituto de Oncología y Hematología.Charallave, 25 de febrero 2016Mientras la ministra de Salud anuncia en cadena nacional la “formación” de 90 telefonistas para que informen donde no hay los medicamentos esenciales y como ñapa, la misma funcionaria, cuya característica más relevante es poseer el peor currículo de ministro de sanidad alguno desde la creación del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, aparte de cometer la imbecilidad de decir que la escasez de medicamentos es por un consumo “irracional”… Bueno mientras esa cosa que puso el delincuente de la república pide llamar y preguntar, yo, Fabio Fuenmayor, médico de Cuidados Paliativos del moribundo Instituto de Oncología y de Hematología, les pido a mis pacientes que ni siquiera pregunten por mi consulta y he decidido tomarme las 9 semanas de vacaciones vencidas del año pasado y las 11 de este año debido a que no tengo nada que recetarles para el dolor oncológico que constituye más del 90% de los motivos de mi consulta.Hoy he sido informado que BADAN (prácticamente la única institución que expende analgésicos de manera masiva para los tratamientos que yo prescribo) está en la lona. Me imagino que empezarán a ocupar los anaqueles de sus centros de atención al público con estatuillas de José Gregorio y otras imágenes fabricadas diestramente en China, las cuales costarán una fortuna a más de un millar de bolívares por dólar, a menos que a un bolichico le entreguen divisas a 10 y las revenda a 200 para importar: imágenes santorales de primera necesidad. A esos desgraciados enchufados, les sugiero que importen Biblias y ediciones de El Corán, porque no solo a los católicos y a los santeros les da cáncer.No gozo del cinismo de Héctor Rodríguez, ni de la desvergüenza de Pedro Carreño y mucho menos del espíritu demoníaco de Diosdado Cabello, para decirle a mis pacientes, mirándolos a los ojos, que no solamente se van a morir de cáncer, sino que además lo harán en medio del sufrimiento de terribles dolores, que si bien en condiciones normales son difíciles de tratar, hoy en día por culpa del delincuente de la república, Nicolás maduro, ni siquiera van a poder ser tratados.Es muy difícil compartir día a día el deterioro, el sufrimiento y las complicaciones clínicas de un enfermo crónico; pero eso lo escogí yo, para eso llevo más de 30 años formándome y lo sigo haciendo. Lo que resulta inaceptable es presenciar ese mismo deterioro con las manos amarradas por un gobierno que les quitó a los enfermos desde la aspirina y los pañales hasta la morfina y las bombas de infusión. Cuando el delincuente atrabiliario de Chávez, llegó al poder, una ampolla de morfina costaba BsF: 0,0005, hoy: no existe, y si le decían a uno que algún día no tendría papel de baño se respondía “¡No vale! Yo no creo”.Esta situación, no es una crisis de reciente aparición, no fue que el barco que traía los analgésicos naufragó por la emboscada de un huracán llamado Guerra Económica, no nos caigamos a cuentos. Esto se viene labrando de manera sistemática y programada desde que nos dejamos asaltar por el Socialismo del Siglo XXI y los cantos de sirena del intergaláctico. Yo estudié para manejar 8 tipos de analgésicos opioides en más de 30 presentaciones, más de 20 analgésicos no opioides en más de 60 presentaciones, 6 antiinflamatorios esteroideos en más de 15 presentaciones, más de 12 coadyuvantes de los analgésicos en múltiples presentaciones, todos ellos solamente para tratar uno solo de los síntomas de cuidados paliativos, EL DOLOR. Poco a poco, toda esa farmacopea fue desapareciendo del alcance de mis pacientes. Mis colegas y yo fuimos reduciendo la oferta de alternativas, empezamos a exigirles a los familiares cada vez más esfuerzo para conseguir el tratamiento adecuado, debimos hacernos los locos con el costo económico de nuestras prescripciones; y hasta nos hicimos creativos cambiando las presentaciones que se disponían con la ayuda de los farmacéuticos (en especial soy muy conocido por los amigos de Fórmulas Magistrales de la Facultad de Farmacia de la UCV), hasta violentamos las normas haciendo uso de medicamentos ya vencidos.Pero todo se acabó. Ya no hay nada que enviar a Fórmulas Magistrales, ya no quedan blíster vencidos en las gavetas y ya es un crimen y una desvergüenza poner a los familiares a literalmente, recorrer el país en busca de las sobras que se hallan colocado a buen resguardo para no ser consumidas por el dolor de una enfermedad a la cual tampoco se le da cura.La única esperanza que queda es que en medio de esta mortandad, en donde la mala muerte de cada venezolano está la muerte de un pedazo del país, llegue el ímpetu y la conciencia de la realidad de que es necesario no solamente salir de estas lacras que son Nicolás y sus compinches, sino de entender que quienes siguieron a la maldición que representó Chávez fueron los culpables y que ellos mismos están llamados a hacer renacer de sus cenizas esta nación mientras de manera individual cada uno muere con un pedazo de país.
Regina Mizrahi - 11-6-2016
La verdad...
The truth for women living in a modern world is that they must take increasing responsibility for the skills they bring into birth if they want their birth to be natural. Making choices of where and with whom to birth is not the same as bringing knowledge and skills into your birth regardless of where and with whom you birth.
Michel Odent
Read more at: http://www.azquotes.com/quote/833302
La verdad para las mujeres que viven en un mundo moderno es que deben tener cada vez más la responsabilidad de las habilidades que traen al nacer si quieren que su nacimiento sea natural. Tomar decisiones acerca de dónde y con quién nacieron no es lo mismo que llevar los conocimientos y habilidades en su nacimiento , independientemente de dónde y con quién nacieron.
Dalí y el pueblo judío
Dalí y el pueblo judío. Desconocía el alcance de este aspecto del artista pueden ver la escultura gigante de un candelabro en una de las puertas de entrada al aeropuerto -ben Gurión (ver exhibit 11 de la colección adjunta.
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Misa Criolla y el Holocausto
La Misa Criolla y el Holocausto
Ariel Ramírez y su tributo a dos hermanas católicas que auxiliaron a judíos durante la Shoá
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