El Gobierno aprobó un Plan Nacional de Salud que pretende crear una base de datos digital con la información médica de los israelíes que consientan formar parte de ella, para investigación y uso farmacéutico.
“Los costes del sistema de salud israelí son insostenibles”, declaró a un grupo de periodistas Eli Groner, el director general de la Oficina del Primer Ministro, y explicó que el modo de salvar esto es creando un sistema médico personalizado y preventivo.
“Por eso estamos invirtiendo mucho en la construcción de una nueva base de datos voluntaria, con los datos clínicos, genéticos y fisiológicos de las personas, que se podrán monitorizar con los mejores sistemas de análisis del mundo y tener el mayor conocimiento médico que la humanidad ha tenido nunca”.
Y de este modo, entender las predisposiciones y dedicarse más a la medicina preventiva que a la curativa.
El Gobierno gastará unos 231 millones de euros en el plan y asegura que extremará la protección de la privacidad de los participantes.
“Ahora mismo esta información no está regulada y en teoría las aseguradoras podrían estar haciendo cualquier uso de la información de la gente”, señaló Groner. “Lo que nosotros proponemos es acabar con esta situación de ‘salvaje oeste’ y finalmente regular”.
El plan constará de tres filtros de privacidad: primero, el de la voluntariedad de participación; segundo, la decisión del participante de con quién comparte su información (seguros médicos, farmacéuticas, estudios biológicos, etc.,), y tercero, su aprobación explícita del uso que se hará de su información.
En Israel existe también el pasaporte digital, llamado biométrico, que empezó siendo voluntario y acabó convirtiéndose en obligatorio, pero los responsables del nuevo plan de salud enfatizan que su proyecto solo puede funcionar sobre la base de voluntarios, y que si no encuentran suficientes, el plan fracasará.
El sistema comenzará a funcionar a finales de 2018 y esperan llegar a 100.000 voluntarios en los primeros cinco años.
“Oímos historias de jóvenes que salieron a hacer deporte y que de pronto cayeron muertos, y cuyas familias suelen decir ‘no había indicios de que algo así podría ocurrir'”, explicó Groner. “Pero en ciencia siempre hay indicios. La minúscula diferencia en nuestro ADN es donde reside la diferencia física y la diferencia en el trato médico preventivo”, señaló.
El proyecto también suscita temores por lo complejo que puede resultar proteger la privacidad con tan delicada información.
Israel cuenta con datos médicos digitalizados de un 98 % de la población desde hace 20 años, a través de sus aseguradoras médicas, algo sobre lo que el primer ministro, Biniamín Netanyahu, dijo durante la presentación del plan que “es un gran ventaja”.
“Queremos que estos datos estén disponibles para investigadores y compañías”, agregó el mandatario.
Porque otra de las importantes consecuencias de la implantación del plan de salud sería la creación de una nueva industria de la salud alrededor de esta gigantesca base de datos. EFE.Aurora...
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