ETA y Hamás
Pedro Gómez-Valadés González *
Asistíamos hace unas semanas al tan anhelado final de ETA. Con su fin llegó la hora del recuento último de víctimas ocasionadas durante décadas por el terrorismo etarra. Y esa cifra final es fruto de la verificación por parte del sistema policial, sanitario y judicial de un estado democrático y de derecho con todas las garantías que esto conlleva, incluso para los propios terroristas.
Asistíamos esta pasada semana a violentos incidentes en la frontera de Gaza en los que Hamás ofreció un número de víctimas que, a pesar de proceder de una organización siniestra y terrorista, fue recibido por la opinión pública y los medios de comunicación sin ningún cuestionamiento en las cifras, sin que tengamos constancia de ningún sistema de verificación fiable.
Lo sucedido en la frontera de Gaza es sin duda una terrible tragedia, toda muerte evitable de seres humanos lo es. Pero en mi opinión hay que distorsionar y retorcer mucho la realidad para poder responsabilizar de ello al estado de Israel, olvidando la perversa utilización que de los ciudadanos de Gaza hace un grupo terrorista que gobierna de forma totalitaria y que utiliza como arma propagandística a sus ciudadanos, lanzándolos, a pesar de todas las advertencias, contra la valla fronteriza con Israel, detrás de la cual, no nos olvidemos, hay civiles a los que el estado de Israel -como cualquier otro estado- tiene la obligación inexcusable de proteger. Porque imaginemos por un momento cual sería la situación si algún grupo de terroristas de Hamás consiguiera atravesar la línea fronteriza y llegar a algún de los kibutz o pueblos israelíes que se encuentran a muy poca distancia del vallado, el escenario con toda seguridad sería dantesco.
Los muertos, sea el número que realmente sea, es responsabilidad de quien los utiliza para obtener réditos propagandísticos sin tener en cuenta en lo más mínimo los derechos humanos de sus ciudadanos.
Éramos testigos hace unas semanas del punto final de ETA. Ojalá, más pronto que tarde, podamos ser testigos también del final de una organización terrorista aún más sanguinaria, como es Hamás. Sin duda su desaparición será positiva, en primer lugar, para los propios palestinos que la padecen y, en segundo lugar, también para el proceso de paz israelo-palestino constantemente saboteado y torpedeado por el islamismo radical de la organización terrorista Hamás.- Aurora...
* Presidente de la Asociación Galega de Amizade con Israel
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